dí cada dia que pasa mi voz se vuelve más sensible y débil, en mi ya dañado y cansado corazón invaden los miedos y la tristeza, la soledad se apodera de mí en lo más oscuro de mi habitación, cierro mis ojos y trato de pensar que tu estas aquí... A mi lado, en mis brazos, tomándome fuerte y no dejándome ir, al volver a abrir los ojos me doy cuenta de que sólo fue una ilusión, ya no puedo más, mi Dios, porque me haces sufrir.
Abrazo a mi almohada y me logro dormir... Te veo, estás como siempre tan hermosa, tan sonriente, tan alegre, tan despierta... Ya estás aquí, aunque te noto un poco distante, acércate a mí, háblame, escúchame, no te vayas quédate aquí. Ya estoy cansado quiero despertar, hasta en mis sueños me gana la realidad, que alguien me despierte porque ya no puedo más.
¿Qué pasa? ¿Por qué lloran? ¿Quién está en mi cama? ¿Por qué todos están aquí? pregunté a los gritos que pasaba, porque yo no lo entendía y nadie me daba una explicación, fue entonces cuando me di cuenta de que era yo el que estaba allí.
Me dormí cansado de rogarle a mi Dios que me deje estar junto a ti... Me escuchó, me complació, pero aun así no soy feliz, porque me hizo tu ángel guardián, te miro, te escucho, te entiendo y desde hoy voy a estar en tus buenos y malos momentos, voy a pelar por ti y te cuidaré al dormir, aunque sé que nunca voy a ser feliz, porque, yo me dormí... Pensando en ti..
Un día llegaste a mi vida y pude comprender la hermosura del cielo en la sinceridad de tu mirada, comprendí que sobran las palabras cuando se trata de expresar los sentimientos que aguardan en el corazón. Si pudieras ver en mi alma entenderías que una vida no basta para explicarte cuanto te amo, quiero fundirme en tu vida, en tus sueños y en tu corazón para que juntos podamos mirar en la misma dirección, bajo el mismo cielo, respirando el mismo aire, dejando atrás el camino lleno de abrojos y espinas que ya nunca volverá y volar tan alto que el viento sea testigo de que nuestro amor nunca tendrá fin...
Un día llegaste a mi vida y pude comprender la hermosura del cielo en la sinceridad de tu mirada, comprendí que sobran las palabras cuando se trata de expresar los sentimientos que aguardan en el corazón. Si pudieras ver en mi alma entenderías que una vida no basta para explicarte cuanto te amo, quiero fundirme en tu vida, en tus sueños y en tu corazón para que juntos podamos mirar en la misma dirección, bajo el mismo cielo, respirando el mismo aire, dejando atrás el camino lleno de abrojos y espinas que ya nunca volverá y volar tan alto que el viento sea testigo de que nuestro amor nunca tendrá fin...